El jueves 12 de marzo, a las 21 horas, se celebra en Termita Lab (Nicolás de Brujas 23), una tertulia bajo el título “Ágora Romántica” en la que se pretende reunir a personas relacionadas con el mundo de la cultura, escritores, periodistas y músicos bajo la celebración del Año Romántico con motivo del bicentenario del nacimiento de Enrique Gil y Carrasco.

Se pretende tender puentes y diálogos sobre su obra, su cara “B”, de lo que posiblemente no se hablará en el Congreso que se celebrará el próximo mes de julio. La intención es repetir esta experiencia, al menos, una vez al mes.

En la tertulia participarán Esther Folgueral, Noemí Sabugal, Carlos Fidalgo, Miguel Ángel Varela y José L. Suárez Roca. La entrada es libre hasta completar el aforo.

«Del pensamiento clásico e ilustrado emanan diferentes radicales que medran al ritmo de sonidos jamás encontrados. Las letras, y las ciencias nacen de la libertad, del pensamiento libre. La razón, no solo se expresa a través de tediosos textos, donde se debate entre sustancia primera, el ser, o el devenir, sino que se encuentra en la poesía, en la narrativa, en los cuadernos de viaje, en las artes, y en nuestras acciones, es romanticismo aun cuando se han enfrentado.

Por todo esto, creo que es importante dar a luz en este año romántico, esta plaza no ya para los últimos románticos, sino para los primeros de este nuevo tiempo. Donde la obra de nuestro Enrique sea el faro que nos guíe hacia horizontes nunca antes explorados, hacia un renacer, repensar, re-razonar donde razón y beligerancia queden desligadas, en que la guerra como cisma de occidente no tenga lugar. Un inicio “otro” donde el pluralismo literario, filosófico, artístico y científico confluyan rompiendo los quiméricos muros levantados en el pasado entre ilustración, romanticismo, clasicismo, criticismo, y ese largo finito de ismos que el hombre ha querido ver en su sombra.

Grecia siempre vuelve a darse entre nosotros de un modo diferente, hoy sumamos algo tan distante como el Ágora, todo un distintivo de la época clásica, a nuestro Gil y Carrasco, busquemos pues aunar lo que un día fue confrontado».

José L. Suárez Roca