Ángel Alonso, premio ‘Leonés del Año’ 2012, miembro de Honor de la Academia de Ciencias Veterinarias de Castilla y León y mejor expediente académico de toda la historia de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de León, ha manifestado su “apoyo incondicional” al centro académico leonés para lograr la homologación europea, tras conocer la situación actual de la facultad durante un encuentro estival mantenido con José Manuel Martínez, profesor emérito especial de la ULE, en Bembibre, localidad natal de ambos académicos veterinarios.

Ángel Alonso –hijo predilecto de Bembibre- dirigió durante años la sección ‘Regulación de la Diferenciación Celular’ del Centro Alemán de Investigaciones sobre el Cáncer (DKFZ). Mantiene fuertes vínculos con sus orígenes leoneses, y su discurso de ingreso en la Academia versó sobre la ‘Evolución histórica del tratamiento de tumores’, donde puso de manifiesto que, “aunque hoy día se han conseguido excelentes avances en el tratamiento de los tumores, es necesario seguir apostando por la investigación básica, especialmente por una caracterización molecular de las putativas células madre tumorales”.

En este encuentro, José Manuel Martínez Rodríguez, explicó a Angel Alonso el problema que la Facultad de Veterinaria de León tiene actualmente, al no haber conseguido la homologación europea, problema que surge esencialmente al no haber alcanzado la Facultad la ‘ratio’ suficiente de casos clínicos en su Hospital Veterinario en relación con el número de alumnos. A este respecto, Angel Alonso manifestó gran preocupación y confirmó que respaldaría cualquier iniciativa encaminada a lograr dicha homologación. Este sentimiento fue trasladado por el profesor José Manuel Martínez al Delegado del Rector para el Hospital Veterinario, el catedrático J. Carlos Domínguez Fdez-Tejerina, solicitando asimismo el apoyo necesario a toda la sociedad leonesa, instituciones provinciales y autonómicas, así como al mundo empresarial y económico, para que “nuestra querida Facultad de Veterinaria de León alcance con éxito este reto que tiene planteado”.

Hay que tener en cuenta que los conocimientos en medicina veterinaria, al igual que en otras áreas, están creciendo de manera exponencial, lo que obliga a los estudiantes a aprender cada vez más teoría y adquirir más habilidades clínicas que en promociones anteriores. Por otra parte, los estudiantes están más familiarizados con las nuevas tecnologías, que deberán ser implementadas en nuestros planes de estudios del futuro, lo que, en definitiva, resulta en una nueva situación que produce una grave distorsión y que exige un esfuerzo económico mucho mayor que en el pasado.