Imagen corporativa del Consejo Comarcal del Bierzo. Foto: Raúl C.

Las agencias y profesionales del diseño del Bierzo acusan al Consejo Comarcal de despreciar al tejido empresarial berciano por las bases que se han presentado para el concurso con motivo de su 25º aniversario. Salvi Design, Asier Vera, Miraltel Imagen y Táctica Estudio de Diseño Gráfico afirman desaprobar las mismas porque les perjudica en varios ámbitos:

–Desprecio al tejido empresarial berciano. El Consejo Comarcal del Bierzo, que cuenta con servicios que velan por la Formación, Creación de Empresas y Empleo en nuestra comarca, desprecia a las empresas y profesionales comarcales del sector y por lo tanto al propio tejido empresarial, al convocar un concurso nacional con unas bases que fomentan la desprofesionalización del Diseño y el intrusismo por el que, la institución berciana convocante, intenta obtener, de esta forma, un trabajo por debajo del precio de mercado. Dudamos de la validez legal, pero sobre todo ética de este concurso, y queremos prevenir a todos que mediante este método no obtendrán obviamente un diseño profesional a la altura de una institución que está a punto de cumplir 25 años y que nos representa a todos los bercianos.

–Falta de un briefing coherente. No creemos en este tipo de concursos porque dan por hecha la parte estratégica, que es la parte fundamental del trabajo a la hora de crear una marca sólida para poder desarrollarla de forma correcta, eficaz y duradera. Sólo se centran en la parte estética, que es la parte más caprichosa y subjetiva. La institución convocante obvia que se debe cumplir con una serie de funcionalidades, tanto a nivel comunicacional: misión, visión estratégica y valores de marca, como a nivel estético y compositivo: simpleza, fácil aplicabilidad y reproducción en diferentes soportes. Esto demuestra la falta de rigor de este tipo de concurso porque considera un logotipo como una obra de arte y no como el resultado de valores técnicos y estéticos.

–El profesional no decide el precio. Las bases de la convocatoria exigen como resultado un logo y además un manual básico de Imagen Corporativa. Pero además, exigen entregar otras aplicaciones a mayores que conforman un manual completo y no uno básico. Todo ello con una retribución económica muy por debajo del precio real de mercado.

–Apoya la cantidad frente a calidad. Generalmente, en un concurso abierto participarán más diseñadores, profesionales o no, que en un concurso restringido. Pero una mayor participación no garantiza más calidad. A menudo sucede lo contrario: no participan muchos diseñadores profesionales.

–Incumplimiento de normas y abuso. Esta “competición de diseñadores para no diseñadores” incumple las normas de organización de premios y concursos de diseño de ICOGRADA (Consejo Internacional de Asociaciones de Diseñadores Gráficos) y merma los derechos relacionados con la propiedad intelectual y de autoría del diseño cediendo todo uso y explotación gratuitamente sin limitaciones incluso a terceros.

–Responsabilidad profesional. El colectivo apela a la responsabilidad de los profesionales del diseño para que evalúen la conveniencia de participar o no en este tipo de concursos, partiendo de la consideración de que las acciones individuales tienen siempre consecuencias en el conjunto de la comunidad de diseñadores, de la que todos, sin exclusiones, forman parte.

–Ofrecen asesoramiento. Por último, los diseñadores apuntan a que existen otras vías para la contratación del Diseño, muy lejos de abrir un trabajo a “aficionados al diseño y estudiantes”. Recuerdan que existe un reglamento y pautas internacionales para la convocatoria de concursos de Diseño que pueden facilitar, al igual que se ofrecen para asesorar, colaborar y ayudar en próximas convocatorias.