Cultura
El IEB celebra sus 65 años de aportación a la recuperación de la identidad cultural del Bierzo
Lo hizo clausurando las VIII Jornadas de Historia Local y Patrimonio que se celebraron con la participación de testigos de los inicios y del transcurso del devenir del IEB
El IEB dedicó el último día de las VIII Jornadas de Historial Local y Patrimonio, que se celebraron en la UNED de Ponferrada, a su propia historia, la que empezó hace 65 años, la que es y ha sido larga e intensa con numerosos protagonistas que la han ido forjando año tras año.
«Como cualquier vida de cualquier persona o institución no ha sido fácil, ha tenido sus altos y sus bajos, y sus éxitos», comentó en la apertura la que fue presidenta desde el 2003 hasta el 2020, y miembro de la actual junta gestora, Mar Palacio Bango.
Porque el Instituto de Estudios Bercianos ha logrado muchos éxitos culturales durante todo este tiempo, como ha sido su participación en la creación de los museos del Bierzo y de la Radio en Ponferrada. «Lucharon por conseguir un lugar donde se pudiera guardar el extenso patrimonio religioso y cultural que, hasta entonces, se llevaba a otras localidades porque aquí no existía un espacio donde guardarlo debidamente», recordó Palacio.
Pero es que además se crearon secciones como la de montaña, artes plásticas, música, y publicaciones para programar innumerables actividades culturales que se han convertido en un referente dentro y fuera de la comarca, como la Fiesta de la Poesía, los Concursos de Composición y Fotografía o la publicación de la revista de investigación histórica.
En esos años, los fundadores hicieron algunas peticiones a las administraciones superiores con gran visión de futuro. «Pedían que todos los edificios anexionados a la muralla del Castillo se quitaran para que la fortaleza se viera en todo su esplendor y se pudiera convertir en una importante fuente de ingresos turísticos para la ciudad y el Bierzo», añadió la expresidenta, recordando también anécdotas como la lotería que se organizó unas navidades para recaudar fondos para la rehabilitación del Castillo.
Pero quizá la aportación más importante que ha realizado el IEB a lo largo de esos 65 años haya sido la recuperación de la identidad berciana a través de la recopilación no solo de su historia, sino también de su patrimonio inmaterial.
La historia del Instituto está plagada de aportaciones desinteresadas de personas que dedicaron su tiempo a esa labor altruista de hacer cultura. Entre ellos, sus presidentes y juntas directivas. Dos de ellos participaron en las Jornadas, siendo uno Alfredo Rodríguez, quien antecedió a Mar Palacio en la presidencia.
«Fue una experiencia muy positiva, cogí un Instituto de Estudios Bercianos en pleno relanzamiento. Después de la presidencia de José Antonio Iglesias el IEB estaba en un momento de prestigio, por tanto, no era una cuestión de tener que empezar de cero, sino que lo que se tenía que hacer era continuar con la labor que ya se venía desempeñando y luego darle tus aires», señaló Rodríguez.
Y a Rodríguez le precedió en la presidencia el mencionado José Antonio Iglesias, quien tuvo que lidiar con una etapa un tanto complicada, con falta de apoyo institucional, pero en la que se lograron algunos hitos como la organización de congresos y la presentación del IEB más allá del Manzanal.
«La actividad que más interés tuvo en aquel momento fue el I Congreso de la Cultura Berciana, que se titulaba Buscando nuestra identidad. Realmente fue un primer congreso y han pasado más de 30 años desde entonces. Yo quiero que se celebren el segundo y el tercero», destacó Iglesias.
Pasados los años y en tiempos y circunstancias muy diferentes a aquellas épocas, ambos expresidentes coincidieron en que el Instituto de estudios Bercianos sigue teniendo vigencia en el 2024.
«Ahora hay un montón de instituciones que tienen una cierta parcelita también de cultura, y que trabajan y ponen su granito de arena, pero yo sigo diciendo que si el Instituto no existiera habría que crearlo en el año 2024, o sea, sin más, igual que a Yolanda Ordás», afirmó Rodríguez, a lo que añadió Iglesias «Eso guarda relación con una de mis aspiraciones, que todavía no he conseguido, y es que yo creo que el Instituto tiene que buscar salir de Ponferrada y, sobre todo, integrarse en los distintos municipios del Bierzo, porque es el Instituto de Estudios Bercianos, no el Instituto de Estudios Ponferradinos. Y esa es una asignatura que creo tenemos pendiente».
La Jornada contó, además de la introducción histórica que realizó Miguel José García (Jota), con el testimonio de algunas personas que fueron testigos de los primeros años o de la refundación posterior del IEB, como Yolanda Ordás, Antolín de Cela, Gonzalo Valle, Luis Gómez Domingo y el exalcalde de Ponferrada, Carlos López Riesco.
Cerró la celebración la proyección del documental ‘Hace 65 años’ producido por Bierzotv.
Cultura
María Galiana y Lucía Quintana estrenan en el Bergidum “La reina de la belleza de Leenane”
María Galiana y Lucía Quintana encabezan el reparto de “La reina de la belleza de Leenane”, la obra que lanzó a la fama al dramaturgo y cineasta anglo-irlandés Martin Mcdonagh. La función llega al Bergidum los días 15 y 16 de noviembre (20,30 horas)
Mag y su hija Maureen conviven solas desde hace veinte años en una casa del extrarradio de Leenane, al noroeste de Irlanda. Maureen, que permanece soltera, tiene que encargarse de la alimentación y demás cuidados de su madre, muy limitada de movimientos. Sus respectivos caracteres, viciados por silencios y mentiras, marcados por las rutinas domésticas, por una relación maternofilial tensa y represiva, por actos traumáticos del pasado cercano y por un historial de daños recíprocos que se irán desvelando a lo largo de la acción, se verán alterados por un episodio local.
Toda la crítica subrayó desde su estreno e Londres en 1996 que estamos ante un texto extraordinario que transcurre en Irlanda pero que se podría extrapolar a cualquier rincón del mundo, incluyendo a muchos pueblos de la España vaciada. McDonagh ha confeccionado un relato inquietante, que te mantiene en vilo de principio a fin, y que no decae en ningún instante.
En muchos momentos, y salvando las distancias, la obra nos recuerda a la historia de ‘Psicosis’ de Hitchcock y esa relación enfermiza y tóxica que tenía Norman Bates con su madre. ‘La reina de la belleza de Leenane’ es una de esas obras de las que ya no se estilan: teatro del bueno, sin artificios, basado en un potente texto dramático al servicio de la actuación de los intérpretes.
Es el apartado interpretativo uno de lo puntos fuertes de este montaje más allá del texto. María Galiana y Lucía Quintana brillan en la piel de dos maravillosos personajes. Una madre y una hija que no se soportan pero que están condenadas a entenderse. Galiana demuestra que está en plena forma a sus 89 años, brindándonos uno de sus mejores papeles teatrales, dando vida a una anciana no tan desvalida como quiere hacer aparentar y que en el fondo tiene auténtico pánico de quedarse sola. Lucía Quintana está espléndida interpretando un papel que le permite exhibirse en el registro dramático después de verla verla brillar en la comedia, como la recientemente exhibida en el Bergidum “Ser o no ser”.
Martin McDonagh, nacido en Londres de padres irlandeses, ha hecho del estereotipo irlandés buena parte de su inspiración, tanto en su teatro como en su cine, como se puede comprobar en su última película como director, Almas en pena de Inisherin. En “La reina de la belleza”, la obra que le lanzó a la fama, se vuelve a detectar ese prurito infantil y fabulístico que encontramos en otros textos como El cojo de Inishmaan o en El hombre almohada. También, la atmósfera de comedia negra, con ese humor tan amargo y un destino macabro, son puntos que nos conectan con su primera pieza.
Cultura
Fernando Barroso y Miguel Veras abren el 35º Festival Internacional de Guitarra de Ponferrada
El Festival abre con un concierto de música folk con dos músicos experimentados y una larga trayectoria musical de fusión de estilos y músicas antiguas con modernas
La edición número 35 del Festival Internacional de Guitarra de Ponferrada ha arrancado en la sala Río Selmo con el concierto del laudista gallego, Fernando Barroso, que ha estado acompañado por el guitarrista portugués, Miguel Vera.
Barroso es un músico, productor y compositor gallego referente en la escena del mundo folk, especializado en fusionar músicas antiguas y modernas, y en la creación de un repertorio con identidad propia y original.
En esta ocasión, junto con Miguel Vera, Barroso ha presentado una propuesta basada en la música de raíz de Galicia y Portugal.
El próximo concierto del Festing se celebra el 14 de noviembre, con el Dúo Martín-Verdugo, guitarra y castañuelas se dará cita a las 20 horas en la sala Río Selmo.
Cultura
La Junta declara La Recuelga como Bien de Interés Cultural
El Consejo de Gobierno ha aprobado la declaración del complejo minero-industrial de La Recuelga, en el municipio leonés de Páramo del Sil, como Bien de Interés Cultural con categoría de Conjunto Etnológico
El conjunto de La Recuelga constituye, por sus dimensiones y características constructivas, por su sistema técnico y por la conservación de la práctica totalidad de sus materiales originales, un conjunto de gran valor patrimonial, uno de los más relevantes y mejor conservados de cuantos existieron en la provincia de León y un documento histórico de la coyuntura económica que la minería del carbón tuvo en la posguerra y en el periodo de autarquía española. En este sentido, se ha considerado procedente singularizar y determinar aquellos enclaves que mejor ejemplifican el legado etnológico relevante de la minería moderna, digno de conservación, tanto por su valor arquitectónico y técnico, como por su carácter de hito territorial simbólico y por su huella en la sociedad.
De este modo, por su relevancia específica dentro del Conjunto Etnológico de La Recuelga, se definen los siguientes enclaves:
-Lavadero de Antracitas de Fabero y edificaciones asociadas: tolvas, garita o torre de control, casa almacén y edificios de viviendas y oficinas.
-Lavadero de Victoriano González y edificaciones asociadas: tolvas, viviendas, almacenes y oficinas.
-Estación y caballetes del cable aéreo.
El conjunto minero industrial
La Recuelga, situada en el municipio leonés de Páramo del Sil, nació con la instalación de los apartaderos industriales, favorecida por la antigua línea de ferrocarril Ponferrada – Villablino, fue construida a instancias de los promotores de la Sociedad Anónima Minero Siderúrgica de Ponferrada, entre 1918 y 1919. Este enclave, delimitado por el cauce del río Sil, los trazados del ferrocarril y la carretera, fue el lugar elegido para localizar los apartaderos ferroviarios e industriales de las empresas Victoriano González y Antracitas de Fabero.
La elección del lugar estuvo motivada por su situación estratégica; por una parte, la existencia del río de caudal más importante de la zona, el Sil, que suministraría el agua imprescindible para la realización de la actividad del lavado y por otra, la ubicación del ferrocarril Ponferrada – Villablino, que permitiría la evacuación del carbón hasta Ponferrada y desde esta ciudad al resto del país. De ese conjunto, hoy se mantienen en pie los lavaderos de carbón y restos de la infraestructura de la línea de baldes que unían estos lavaderos con las minas de carbón de Fabero, constituyendo un singular testimonio histórico del proceso de producción, transporte y transformación de un combustible clave para la economía española, hoy en desuso.
La Recuelga ofrece una reconocible panorámica que se ha convertido en una estampa icónica de las cuencas mineras de Castilla y León. Una imagen del paisaje minero del Bierzo y el valle de Laciana que, durante el último medio siglo, fue conocido internacionalmente por albergar las últimas locomotoras de vapor en activo de Occidente. Estas instalaciones, construidas entre 1945 y 1948 por las empresas Antracitas de Fabero y Victoriano González, para el tratamiento y distribución del mineral obtenido en sus explotaciones, constituyen un relevante ejemplo de innovación tecnológica del sector minero que destaca, tanto por la singularidad técnica de sus instalaciones como por su excepcional arquitectura y su importante capacidad productiva.
El paraje en el que se levantan los lavaderos y estaciones de descarga de los teleféricos, conforma un conjunto que integra los lavaderos, las estaciones de descarga de baldes, las tolvas y otros elementos asociados como almacenes, oficinas y viviendas, básculas, garitas y torres de control. No obstante, los elementos que dieron origen a su configuración y que, sin duda, revisten mayor importancia patrimonial, son los lavaderos y cargaderos que, junto con edificaciones asociadas y las líneas de baldes, construyeron las citadas sociedades en la década de 1940, constituyendo construcciones de relevante valor histórico y técnico, ligados a la actividad minera de estos territorios. El resto del paraje se ha visto afectado por actividades posteriores, como la planta de áridos actualmente abandonada, o el uso de la explanada existente entre ambos lavaderos como parque de carbones.
El apartadero industrial de Victoriano González fue el primero de los autorizados en la zona, a principios de la década de 1920 y se situó al norte del apeadero de viajeros de la localidad de Santa Cruz del Sil. El apartadero conserva sendos edificios de dos alturas que ofrecen una imagen muy en la línea de la arquitectura minera primitiva de la zona de la década de 1920. El lavadero sigue una estructura similar al de Antracitas de Fabero.
En la margen derecha del río, frente al apartadero de Victoriano González, se situaba el llamado Grupo Santa Cruz. Ésta era una explotación de difícil conexión con el ferrocarril, por las continuas crecidas del río y por la complejidad de alcanzar los pisos situados a media ladera, lo que exigió la instalación de un teleférico, que es el único ejemplo completo de este tipo de instalación y es el último testimonio íntegro de la zona. La estación de cable aéreo de este grupo minero era la línea de salida de los baldes que conectaban los lavaderos de La Recuelga con los pozos mineros del valle de Fabero.
Por último, separado por una gran explanada que en la actualidad es una escombrera de los estériles acumulados por la actividad, se ubica el lavadero de Antracitas de Fabero. Este lavadero ofrece una composición armoniosa que contrasta con la interesante agregación de volúmenes de Victoriano González, y se configura como el elemento más relevante del conjunto, que fue reconocido en el momento de su instalación como el más moderno de España y uno de los más importantes de Europa.
Junto al lavadero, existen otras construcciones vinculadas como son viviendas, almacenes y oficinas. Se mantienen dos edificios de una sola planta. Próxima a estas construcciones y directamente relacionada con la actividad ferroviaria del lavadero, destaca la llamada ‘torre de control’, reconocible por las balaustradas de las terrazas.
Los edificios de los lavaderos, dispuestos en sentido norte-sur, presentan una planta en T, perpendicular al ferrocarril, que facilitaba un circuito de recepción y retorno del cable, y otro circuito interno de distribución del carbón a través del lavadero.
Las instalaciones de los lavaderos representan la innovación y modernidad. La implementación de soluciones innovadoras es el reflejo de las soluciones técnico-constructivas importadas de las cuencas mineras del norte de Francia, Bélgica y Alemania en las décadas de 1930 y 1940 y que, en el caso concreto de los lavaderos de La Recuelga, tiene su reflejo en los planos del lavadero francés de Hussigny. Esto pone de manifiesto que, en una época de aislamiento internacional y autarquía, las empresas mineras de El Bierzo hicieron el esfuerzo de poner en práctica patentes o proyectos innovadores elaborados por empresas extranjeras, lo que viene a subrayar la relevancia de la minería de la zona.
El desarrollo de estas instalaciones fue creciendo hasta la década de 1970, cuando la mejora de las instalaciones mineras de Antracitas de Fabero permitió a la empresa prescindir de los lavaderos de La Recuelga y la línea de baldes. Las instalaciones de Victoriano González se mantendrían en uso hasta el 2003, mientras el antiguo lavadero de Antracitas de Fabero alojaría una planta de áridos.
La autenticidad y significación histórica del conjunto de La Recuelga, su representatividad y singularidad tipológica dentro del panorama minero español del siglo XX, lo convierten en un ejemplo único en Castilla y León, cuyas soluciones constructivas y compositivas remiten a innovaciones técnicas y estéticas de vanguardia, en un contexto histórico de posguerra. A los valores históricos y arquitectónicos hay que añadir, además, otros valores inmateriales relevantes de carácter social, como la importante presencia de mujeres en las tareas de lavado del carbón -trabajo femenino infrecuente en otros ámbitos- o el haber sido escenario de tempranas reivindicaciones por las mejoras laborales.
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