La unidad de afrontamiento activo del dolor crónico atiende en Ponferrada a un centenar de pacientes

Se ofrece una tratamiento biopsicosocial integral alternativo al farmacológico. La unidad ya ha trabajado con éxito con 40 personas, y otro centenar está en tratamiento. En enero se abrirán nuevos grupos

El tratamiento del dolor crónico a través de fármacos únicamente ha demostrado ser un fracaso por la dependencia que se genera a los mismos. Por ello, la Junta de Castilla y León está implantando en centros de salud, como el de Ponferrada IV, unidades de Afrontamiento Activo en las que se ofrece un servicio integral de atención a todas la funcionalidades alteradas en la persona.

«El dolor crónico afecta, en mayor o menor medida, a todas las dimensiones del individuo, a nivel cognitivo las personas se vuelven más catastrofistas o están pensando todo el rato en el dolor, con ansiedad, depresión, insomnio, presentando conductas de miedo y evitación, y aislamiento social. Nosotros lo que hacemos es un trabajo que abarca la mejora de todas las funcionalidades», ha señalado el coordinador de las Unidades de Afrontamiento, Federico Montero.

El consejero de Sanidad, Alejandro Vázquez, ha visitado la unidad del Centro de Salud que desde el mes de abril ha trabajado con 40 pacientes, y tiene en tratamiento a otro centenar que forman parte de ese 20% de la población española que sufre esta enfermedad con una edad media de 51,3 años.

«Hasta ahora la manera de afrontar el dolor crónico era la misma que la del dolor agudo, es decir interviniendo de manera directamente sobre las partes dañadas o bien intentando bloquear, mediante fármacos, las vías de transmisión del dolor hasta el cerebro», ha señado Vázquez, quien ha añadido que en la Comunidad el tratamiento biopsicosocial ya se ha aplicado a 6.000 personas.

En Ponferrada ya hay 200 personas interesadas en este servicio que cuenta, de momento, con dos fisioterapeutas y la colaboración de Salud Mental y Atención Primaria. El programa se quiere llevar también a otras zonas del Bierzo como Bembibre y Fabero para completar toda la comarca en un plazo de dos años.

Cuando acaban los programas de Afrontamiento, las personas que han participado en las mismas pueden aplicar las estrategias que han aprendido en centros comunitarios, para desarrollarlas, potenciar su salud y evitar su recaída.