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Olegario Ramón, sheriff de Nottingham

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Marco Morala. Foto: Raúl C.

OPINIÓN: Ponferrada vive inmersa en un debate sobre una necesaria y profunda rebaja fiscal de los tributos municipales. Un debate político cuyo origen no se encuentra en el ayuntamiento ni en el salón de plenos. El auténtico origen de este debate está en las calles, en las que tienen infinidad de locales comerciales cerrados; está en las naves industriales, en las que tienen mucha menos actividad que antes de la crisis; y está en los hogares, con menos empleo y menos renta.

Ni hemos planteado el pleno extraordinario celebrado el pasado viernes 27 de octubre para escenificar una confrontación más con el alcalde, ni somos unos irresponsables por pedir que se alivie la situación complicada y a veces desesperada de muchas familias. Se equivocan los que plantean este debate como un cruce de opiniones entre políticos. Se equivoca el alcalde cuando hace cuentas pensando solo en el Ayuntamiento y no en la gente a la que éste tiene que servir. El alcalde se ha acomodado bien al sillón de mando olvidando que las políticas municipales solo tienen sentido si mejoran la vida de la gente. Y ya ni siquiera le pedimos eso al Sr. Ramón, le pedimos que no se la complique más, que no les apriete en el bolsillo en estos momentos tan difíciles. Lo primero que quiero decirle al alcalde es que esto no va de tecnicismos sobre la regulación en las ordenanzas de cada uno de los tributos municipales, va del daño que en su conjunto hace con su voracidad recaudatoria a la economía local de las empresas y de los ciudadanos. Y desde luego no va de un debate jurídico que plantea falazmente. Se ve tan sitiado por las legítimas reivindicaciones de una oposición que se hace eco de las necesidades de los ciudadanos que piden la rebaja fiscal, que no ve más salida que descargar la responsabilidad política en el trabajo de los funcionarios. Pero todos sabemos que los técnicos responden en función de las preguntas que se le hacen desde las instancias políticas.

El alcalde de Ponferrada prefiere refugiarse en la tecnocracia porque ha perdido la cara a la política, porque no quiere responder a los ciudadanos y, de este modo, le pasa su responsabilidad a otros, a los empleados públicos. Pero tan mentira era la obligatoriedad cuando subió los tributos e implantó la tasa de la basura, como ahora es falso que no puedan bajarse más. La mejor evidencia es que después de cansarse diciendo que no podían bajarse más y que nosotros no teníamos razón, el Sr. Ramón es el primero que tiene que desdecirse, que enmendarse a sí mismo y que reconocer la inutilidad y el abuso de sus políticas fiscales ofreciendo una pírrica rebaja que no solo no contenta nadie, sino que no sirve en la calle. La primera vez que le dijimos que se podían bajar los tributos contestó lo mismo que ahora, pasándole la patata caliente a los funcionarios y diciendo que era imposible. Si tan imposible era entonces, ¿cómo es que pueden ahora bajar cerca de 600.000 €?.

La respuesta es muy sencilla: el alcalde no decía la verdad entonces y no la dice tampoco ahora. Si se les pregunta a los funcionarios si se pueden bajar los ingresos sin ajustar el gasto público lo normal es que respondan que no. Si se les pregunta si se puede quitar enteramente una tasa para un servicio público, lo normal es que respondan que no. Pero si probara a preguntar si puede haber bonificaciones en la tasa si se ajusta el coste, o si puede haber disminuciones de ingresos si se bajan los gastos, ya vería que respuestas tan distintas. Las preguntas que el alcalde les hace a los funcionarios están trucadas, pero yo no me voy a escudar detrás de los técnicos, porque a nosotros nos ponen los ciudadanos en las elecciones municipales en el gobierno o en la oposición para que no eludamos nuestra responsabilidad, sino para que les demos explicaciones y soluciones. Y el alcalde elude su responsabilidad y hurta las explicaciones encaramándoles a los funcionarios el problema. Aquí lo único que subyace es la imprevisión política del alcalde, su nula capacidad para adaptarse a las necesidades de los ciudadanos y su deficiente conocimiento de dónde se producen problemas en Ponferrada y especialmente en los servicios públicos. Y eso no es función de nadie más que del alcalde y de su equipo de gobierno. Con una adecuada definición del gasto público, con un ajuste de lo que no se ejecuta en el presupuesto y con más ayudas de otras administraciones son viables técnica, jurídica y económicamente las rebajas tributarias que proponemos. Unas rebajas que son perfectamente posibles políticamente.

El primer mandato financiero del ayuntamiento debería evitar que sobre dinero porque se recauda mucho, porque hay superávit, porque no se ejecuta el presupuesto, ya que en todos esos casos se está pidiendo un esfuerzo fiscal a los ponferradinos excesivo en el peor momento. Y está claro que el equipo de gobierno con el Alcalde condenado por conculcar derechos constitucionales de los concejales, no está para dar lecciones de ética precisamente, y si para tomas lecciones de gestión, porque con el Sr. Ramón están siendo años de dejación de funciones y de malas inversiones, ya que las incontables carencias y problemas de la ciudad se han multiplicado exponencialmente desde que él dirige el Ayuntamiento. Hoy la ciudad está más deteriorada, más abandona, es más decadente y más dependiente que nunca.

Así que reitero que no estamos aquí ante cuestiones de legalidad, sino de oportunidad. Si se propusiesen otras vías de financiación adicionales, los técnicos nada dirían, pero esa es la parte trucada que el alcalde oculta. El alcalde parece creer ahora en la tecnocracia y no en la democracia. Y podemos recordar las medidas de rebaja fiscal que se han adoptado en otros ayuntamientos que tienen alcaldes socialistas. Y yo le pregunto al alcalde ¿son ellos más listos que usted?, ¿hacen cosas ilegales como usted dice?, ¿hacen otras preguntas a sus funcionarios? ¿Son menos apáticos y más imaginativos? Porque no me puede decir que los Ponferradinos tienen menos necesidades que los ciudadanos de otros sitios.

Si el alcalde ajustara los gastos no tendría que exprimir a la gente con los ingresos. Por ejemplo, si no gastara inútilmente en hacer cosas como las del banco/ mirador frente al río Sil, todo el dinero que ha costado ese engendro podría seguir en los bolsillos de los ponferradinos. Y si el alcalde consiguiera más subvenciones de otras administraciones, podría rebajar la presión fiscal. Pero no parece que los suyos le hagan mucho caso, sino todo lo contrario. Igual le tienen miedo porque reunirse con el Sr. Ramón y correr el riesgo del cese ya no es una casualidad, es una realidad recurrente. Pero tendrá que visitar más ministerios en Madrid y pedir insistentemente lo que a Ponferrada por Derecho y necesidad le corresponde.

Y vamos a ver qué pasa con esos fondos europeos que van a aliviar tanto la situación de Ponferrada y del ayuntamiento. Ya que el alcalde alardea de ser un gran experto en hacer planes estratégicos, espero que lo importante no sea decir que se hacen los planes, ni siquiera hacerlos, sino que rindan fruto trayendo dinero para Ponferrada. Esto en realidad es muy sencillo. Nosotros queremos aliviar la presión fiscal de la gente y el alcalde y sus socios de gobierno, no. Unos queremos que se reactive la actividad económica y al alcalde le parece suficiente como está o se congratula por acuerdos que representan que cientos de ponferradinos se hayan quedado en LM sin trabajo.

A nosotros no nos van a reprochar que hagamos oídos sordos a las necesidades de los ponferradinos. ¿Va a salir el alcalde igual de contento a la calle o va a dedicarse a insultar a la oposición, a los ciudadanos y asociaciones críticas con él para intentar tapar sus vergüenzas?. Aquí de lo que se trata es de no exprimir a los ciudadanos para que con un poco más de renta disponible, no dedicada a los impuestos, se pueda dar un respiro al consumo local, porque esto no es un concepto económico, esto es que fluya el dinero a los comerciantes, a los hosteleros, a los autónomos y a los empresarios de Ponferrada. Aquí de lo que se trata es de que las empresas paguen menos impuestos locales: no para que unos pocos se hagan ricos, que eso sabe el alcalde que no se da en la generalidad de los casos en nuestra ciudad, sino para que creen, o al menos mantengan el empleo, para que ese dinero pueda ir a inversiones que traigan nuevos proyectos.

Este grupo popular tiene conocimiento de las enormes dificultades por la que atraviesan nuestros conciudadanos. Nosotros nos mantendremos firmes defendiendo una bajada de impuestos suficiente, como la que piden los ciudadanos, y no una insuficiente y cosmética como la que propone el alcalde y su equipo de gobierno. Porque de la propuesta de rebaja tributaria del alcalde bien se puede decir eso de que “De los creadores del tasazo de la basura llega ahora simulemos que bajamos los impuestos, para que todo siga igual de mal y a ver si la gente se va olvidando antes de las elecciones”. O lo que es lo mismo, “Primero te subo mucho los impuestos y luego te los bajo un poquito”. Pero esto es un truco muy viejo que nadie compra hoy en Ponferrada. Ya no cuela a los ponferradinos, Sr. Ramón.

Cada uno puede hacer lo que estime conveniente, pero no se puede conciliar el discurso de la protección de los intereses de los vecinos de Ponferrada y no apoyar que el dinero de su trabajo se quede en sus bolsillos con impuestos municipales más bajos. Así se favorece el consumo local y queda dinero para inversiones y no para dispendios del equipo de gobierno. O lo uno, defender al sufrido contribuyente ponferradino, o lo otro, apoyar a los que mantienen una presión fiscal insufrible. No puede diferir lo que se dice querer y lo que se vota. No cuelan ya las medias tintas. Y que cada uno aguante en la calle lo que vota en el salón de plenos: o se está con las familias que lo pasan mal o con Sánchez que sube la luz y Olegario que sube los tributos. No es que la gente quiera o prefiera más rebaja tributaria, es que necesita mucha más rebaja fiscal. Tanta, que algunos de los que hoy se sientan en el salón de plenos hasta llamaban a manifestarse para pedirla. Pues bien, ahora hay que retratarse: dejar de apoyar recaudar más para gastar peor, y pasar a recaudar menos para que la gente invierta más. Después de la furia recaudadora con el incremento de la presión fiscal del comienzo del mandato, ahora vuelven a la abulia para no apearse de un camino que solo conduce al empeoramiento de la economía y del empleo y a la pérdida de población. Los socialistas, campeones en la propaganda y la ineficacia gestora, lo son también en insensibilidad y falta de solidaridad con los que peor lo pasan en nuestro municipio. Recaudan más para gastar peor y con menor gasto social. Que cada cual aguante después el juicio de la calle y la sentencia de las urnas.

Y frente a la razón de estos argumentos, que recogen el sentir de la calle, el alcalde recurre al insulto, a las declaraciones falaces y mentirosas. Este alcalde es un alumno aventajado de Pedro Sánchez. En todo. Pedro Sánchez es un mentiroso y Olegario Ramón es Pedro Sánchez. Y ello sin poder olvidar que todas las políticas socialistas, aquí y en Madrid, son iguales: nefastas para los ciudadanos, nefastas para la economía, nefastas para el empleo.

Ciertamente Olegario Ramón no sólo es Pedro Sánchez, también es el Sheriff de Nottingham, el principal antagonista de la leyenda de Robin Hood, y al que generalmente se le representa como un tirano injusto que maltrata a la población local, sometiéndola a impuestos inasequibles. En Ponferrada es lo que se conoce como un sacacuartos. Y nuestro sacacuartos local es Olegario Ramón.
No nos merecemos a este equipo de gobierno ni a este alcalde. No nos merecemos a un alcalde que sólo piense en recaudar más para gastar peor.

Los ciudadanos merecen que se les escuche y necesitan que se apruebe la rebaja fiscal propuesta por el Partido Popular y los grupos de la oposición. Es un clamor popular. Es una necesidad social. Mantenernos en la injusticia fiscal, es mantenerse en la injusticia social.

Marco Morala
Portavoz del Partido Popular en el Ayuntamiento de Ponferrada.

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Olegario Ramón: «Evitamos la bancarrota»

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Olegario Ramón. Foto: Raúl C.

OPINIÓN: El enfoque que desde la oposición (excepto el PRB) y desde algunos medios de comunicación se ha dado al resultado del Pleno Extraordinario celebrado el pasado lunes 27 de septiembre es, en mi opinión, rotundamente desacertado.

La desestimación de las pretensiones del PP, Ciudadanos, USE y del concejal no adscrito ha supuesto un ejercicio de responsabilidad para proteger al Ayuntamiento de Ponferrada o, lo que es lo mismo, a la ciudadanía de Ponferrada, de una bancarrota segura, que supondría que no se podría hacer frente al pago de las ayudas sociales, del transporte público, de la limpieza viaria, del salario de los funcionarios, de la limpieza y el mantenimiento de los colegios, etc.

Las ponferradinas y los ponferradinos tienen que saber que lo grupos de la oposición mencionados pretendían una reforma fiscal sin haber calculado qué ingresos dejaría de recibir el Ayuntamiento y sin plantear dónde rebajarían el nivel de gasto para compensar esa reducción drástica de ingresos.

Pues bien, la Tesorería Municipal, órgano técnico e independiente, calcula que aplicando esa rebaja el Ayuntamiento dejaría de ingresar un mínimo de 7,8 millones de euros.. Si a eso se le añaden la rebaja de ingresos que la situación pandémica ha generado, además del aumento de gastos en protección social y reactivación económica, la reforma impositiva de la oposición nos llevaría al caos, a una hecatombe sin precedentes, a un nuevo plan de ajuste muy duro a aplicar durante varios mandatos.

Frente a esa sinrazón, este Equipo de Gobierno que yo encabezo trabaja desde hace meses en la mejor reforma fiscal posible, en la mayor rebaja impositiva que se puede aplicar sin llevar a este Ayuntamiento a la quiebra técnica. Y lo hacemos de la mano de los Servicios Técnicos Municipales, que tienen la formación y la experiencia necesarias para adoptar las mejores decisiones posibles.

Esta reforma será dictaminada próximamente en Comisión de Hacienda y llevada a un Pleno Extraordinario a la mayor brevedad posible (dos semanas máximo).

La iniciativa impulsada por la oposición, y puesta en marcha cuando sus promotores ya conocían la reforma fiscal del Equipo de Gobierno, ha ralentizado la toma de importantes decisiones, lo que puede provocar que una reforma fiscal posible y necesaria no entre en vigor en 2022, debido a la prolija tramitación administrativa que conlleva. Esa es realmente la principal y más dolorosa consecuencia de la irresponsabilidad de quienes han pretendido colocar al Ayuntamiento de Ponferrada y a las ponferradinas y los ponferradinos.

Nosotros intentaremos llegar a tiempo y trabajaremos con intensidad y a toda máquina para intentar que no ocurra lo que esos concejales irresponsables pretendían.

Olegario Ramón Fernández
Alcalde de Ponferrada

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La superación del modelo de Pongesur

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Reunión Pongesur celebrada en el Ayuntamiento de Ponferrada. Foto: Raúl C.

Artículo de opinión

En la Junta General de Accionistas de Pongesur S.A., celebrada el pasado día 29 de enero acordó la cesión total de activos de la sociedad en favor del propio Ayuntamiento, es decir de toda la ciudadanía ponferradina. Esta decisión supone la entrada en la fase final de su disolución. Pongesur nacía el 31 de octubre del año 2000 y sus Estatutos establecían que el criterio de utilidad pública y el beneficio de los habitantes del municipio de Ponferrada inspirarían la actividad de esa sociedad. Frente a esta intención estatutaria la realidad distó mucho de esas loables intenciones.

En realidad, para entender bien lo sucedido con Pongesur deberíamos remontarnos a la modificación del Plan General de Ordenación Urbana, aprobado por Orden de 26 de julio de 2001 de la Consejería de Fomento. Esta modificación, anulada por el Tribunal Superior de Justicia, a instancia de sendas demandas presentadas por la Federación de Asociaciones de Vecinos de la Comarca del Bierzo, y de la Asociación Leonesa de Edificación y Obra Pública, suponía que 706.900 metros cuadrados de suelo urbanizable no programado se reconvertían a suelo urbanizable delimitado. Además se eliminaba el uso industrial inicialmente previsto y se atribuye a todo ese suelo el uso residencial como uso predominante. Con ello se autorizaba la construcción de 4.948 viviendas, pasándose de una densidad de 30 viviendas por hectárea a 70. También se pasa de una edificabilidad residencial de 146.328 metros cuadrados a 706.900. Además se suprimían 24.388 metros cuadrados edificables de Equipamientos Generales. Como quiera que esta modificación del Plan General de Ordenación Urbana fue anulada, se procedió a la elaboración de un nuevo Plan que bendijo normativamente todas aquellas modificaciones anuladas inicialmente por los Tribunales.

Por lo que se refiere a la propia andadura de la sociedad Pongesur, el periplo judicial de las actuaciones llevadas a cabo por los sucesivos consejos de administración, no hacen sino incrementar exponencialmente las dudas sobre la gestión llevada a cabo por esta entidad con un suelo que era patrimonio de todos. Resulta patente que al Consejo de Administración de la entidad no le gustaba ser objeto de fiscalización por parte de otros miembros de la Corporación. Así en el Procedimiento 447/2002 se anula el decreto del Alcalde del Ayuntamiento de Ponferrada de 13 de febrero de 2002 que no permitía al concejal Manuel Fernández Zanca, del PSOE, el acceso al expediente de enajenación del suelo del Plan Parcial del Sector S-3 del PGOU. Desconozco las razones por las que se privaba al señor Zanca del ejercicio de los derechos constitucionales recogidos en el artículo 23 de nuestra Constitución, aunque otras sentencias del alto tribunal autonómico nos pueden dar algunas pistas.

En los procedimientos Contencioso-Administrativos 653/2002, 884/2002 y 1811/2002 se estiman recursos interpuestos por el Grupo Municipal Socialista del Ayuntamiento de Ponferrada contra pliegos aprobados por el Consejo de Administración de Pongesur para la retirada de la montaña de carbón y la enajenación de suelo en el Plan Parcial del sector 3 para construir viviendas en la Rosaleda, y por el Colegio Oficial de Arquitectos de León contra el pliego elaborado para la adjudicación del proyecto y ejecución de obra del auditorio al aire libre de la Ciudad de Ponferrada. En todas estas sentencias el Tribunal estima que no se han cumplido los principios de publicidad y libre concurrencia. La publicidad se limitó a la inserción de sendos anuncios en los dos principales periódicos en la provincia. Eso, unido al escaso plazo que había para el período de exposición pública ( siete días hábiles ) tanto el concurso de suelo como en el de retirada de la montaña de carbón, impedían que pudieran venir más licitadores interesados en acudir. El hecho de que, en el proceso de licitación de suelo público, a pesar de que las entidades adjudicatarias fueran cuatro, el suelo terminara prácticamente en manos de un único empresario, también genera desconfianza, máxime cuando la empresa utilizada en estas operaciones por el empresario adjudicataria carecía de personal y no figuraba de alta en la Seguridad Social, alta que se produjo con posterioridad, según información que publicada por El Plural. Desconozco si una exhaustiva fiscalización del tráfico jurídico, mercantil y bancario de la época nos podría generar alguna sorpresa que, en cualquier caso, sería minúscula.

Con estos antecedentes extraña que la oposición ponferradina se rasgue las vestiduras por la desaparición de la sociedad Pongesur. Y todavía extraña más porque esta sociedad ya está disuelta en virtud de la ley pues sus reiterados balances negativos, unido a la no elaboración de un plan económico de viabilidad ni por parte de Pongesur ni del propio Ayuntamiento, la han disuelto automáticamente; concretamente está disuelta en virtud de la ley desde el 1 de diciembre de 2015 ( Disposición Adicional 9 de la Ley 7/1985 de Bases de Régimen Local, introducida por la Ley 27/2013 así como reiterados dictámenes del Tribunal de Cuentas, particularmente el Informe de fiscalización de las sociedades mercantiles del sector público local en desequilibrio financiero, de noviembre de 2018 ). A la oposición ponferradina le preocupa el importe de la cantidad que se ha de abonar en concepto de IVA por la sociedad Pongesur. Lo que defienden es algo así como dejar de presentar la declaración de la renta porque nos salga a pagar.

Respecto al IVA que se puede generar será abonado por la entidad Pongesur y supondrá la cantidad de entre 800,000 y 900,000 euros. Esa cantidad abonada en concepto de IVA será recuperada por el Ayuntamiento de Ponferrada. Luego, la operación es impositivamente neutra para nuestro Consistorio. No lo dice el Equipo de Gobierno, lo dice el informe elaborado al respecto por el Despacho de Abogados y Economistas especializado que asesora a Pongesur y lleva su gestión contable. Y en cualquier caso, si la cantidad a abonar en concepto de IVA por Pongesur fuera mayor, no es razón para incumplir un mandato legal. Y hasta tal punto es así que, siguiendo los criterios del Tribunal de Cuentas, los gestores de la sociedad desde la entrada en vigor de la Ley 27/2013 y hasta el 1 de diciembre de 2015, podrían incluso incurrir en algún tipo de responsabilidad por no haber llevado a cabo un plan específico para intentar sanear las cuentas de la sociedad.

Y algunos se preguntarán por qué se procede a la disolución de la sociedad si legalmente está ya disuelta. Pues bien, esa disolución por mandato legal no exime al Pleno de su obligación de manifestarse sobre la continuidad o extinción de los servicios de la entidad Pongesur, de determinar la forma de gestión de esos servicios y de extinguir jurídicamente la entidad Pongesur y proceder a la inscripción de su disolución en el Registro Mercantil. Las funciones que hasta ahora debería llevar a cabo Pongesur necesariamente han de seguir prestándose pues una obligación para el Ayuntamiento. Éstas serán asumidas por un organismo sin personalidad jurídica creado en el Ayuntamiento de Ponferrada, el Patrimonio Municipal del Suelo. Desde este órgano aspiramos a llevar a cabo una política urbanística radicalmente enfrentada a la llevada a cabo por la sociedad Pongesur SA que esté inspirada, esta vez sí, por el criterio de utilidad pública y el beneficio de los habitantes del municipio de Ponferrada Ese es nuestro compromiso.

Olegario Ramón Fernández

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