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Cultura

Tremor de Arriba, el pueblo minero en el que convivieron 4.000 habitantes y se abrieron 47 bares

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El propietario del bar Eliseo ha publicado un libro en el que se recogen todos los bares que se abrieron durante los años de mayor actividad minera en Tremor de Arriba, llegando a tener abiertos al mismo tiempo 31 de ellos

Es primera hora de la mañana, y el incipiente sol empieza a descongelar la escarcha acumulada en los tejados de las casas de Tremor de Arriba tras una noche gélida con temperaturas bajo cero. A esas horas el Bar Eliseo ya está abierto. Pero para Vicente Crespo Martínez, su propietario, no es solo un día más de invierno, es el día en que presenta a sus vecinos ‘Minas, bares, negocios, y riqueza en los valles del Tremor y del Boeza’, el libro en el que ha trabajado durante varios años y que ahora ve la luz. En él Vicente tira del hilo de la historia para rescatar un tema que siempre le llamó la atención, el gran número de bares que durante décadas hubo en las poblaciones mineras de estos dos valles.

Vicente Crespo. Foto: Raúl Cañas

El libro recoge los bares que se instalaron en más de una veintena de pueblos pertenecientes a los municipios de Igüeña, Folgoso de la Ribera y Torre del Bierzo, siguiendo el curso de los ríos Tremor y Boeza hasta su encuentro en Las Ventas de Albares. Solo en Tremor de Arriba hubo 47 bares, entre ellos el suyo, el que recibió de sus padres que lo regentaron durante 20 años desde el año 1962.

El gran número de bares resulta llamativo y es un indicador de la gran actividad que tuvo Tremor en los años de mayor producción minera en esta parte del Bierzo Alto.

El trabajo de documentación, realizado por Vicente, ha sido ingente y ha contado con la colaboración de muchos vecinos de los dos valles, a los que ha entrevistado y de los que ha recibido la información que ahora presenta.

Tremor de Arriba. Foto: Raúl Cañas

Con el paso del tiempo tiempo, Vicente fue ampliando el contenido sobre los bares con todo el entorno social y laboral de la época. Habla de las minas, del ferrocarril, de los economatos, de los mineros y de los sindicatos, de las comunicaciones, de la mujer en la mina y de las viviendas, porque Tremor creció tan rápido que, pese a su pequeño tamaño, llegó a tener entre 4.000 y 5.000 habitantes, lo que supuso un grave problema.

El cierre de las explotaciones mineras que se prolongó hasta el año 2018 fue haciendo mella en esa población, en su entorno social y en los bares, de tal forma que de aquellos 47 establecimientos solo ha quedado el de Eliseo.

Como señala Vicente, tras la caída de población, el flujo de habitantes se invirtió. En los años de la minería los vecinos marchaban fuera en verano porque muchos procedían de otras comunidades o de Portugal pero ahora, es en los meses estivales cuando el pueblo recibe a los retornados que vienen a ver a sus familias o a ocupar sus segundas residencias. Para ellos y para las generaciones futuras queda este libro como testimonio de lo que fue y aportó Tremor al desarrollo económico y social del Bierzo.

Tremor de Arriba. Foto: Raúl Cañas
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