Los pueblos del Bierzo fueron los más participativos en este reto, Toral de los Vados el que aportó el 20% de la participación.

De nuevo, COCEDER y sus centros de Castilla y León pusieron en marcha por segundo año el programa «Mi pueblo por la igualdad» con el que se pretende promover actitudes de prevención y sensibilización ante la desigualdad y la violencia de género, y en esta edición se han duplicado las participaciones.

Un total de 1.463 personas se inscribieron y realizaron seis retos nuevos, diferentes al año pasado, pero con el mismo objetivo de concienciar a la población del medio rural sobre la igualdad de género y la prevención de la violencia.

El 76% de las personas participantes resultaron ser mujeres y la mitad tenían más de 60 años. En total, los participantes procedían de 120 localidades de las comarcas de Barco de Ávila (Ávila), Medina de Rioseco y comarca del CEAS Vilallón-Mayorga (Valladolid), Carrión de los Condes y Frómista y comarca del Bajo Carrión y Ucieza (Palencia), la comarca natural del Alto Órbigo y comarca del Bierzo (León).

La comarca del Bierzo fue la que más participantes aportó, el 54% del total; y de ella, Toral de los Vados se alza como pueblo ganador más participativo (20% de participación). Completan el podio la localidad palentina Támara de Campos (16’39%) y la abulense Nava del Barco (16,09%). La localidad leonesa recibirá una placa conmemorativa con el lema «Pueblo por la igualdad 2022», con la que se quiere mostrar una población sensibilizada y con la que se pretende afianzar los conocimientos de la población rural en materia de igualdad para promocionar el cambio de actitudes en la vida diaria.

Este proyecto está financiado por la Junta de Castilla y León y la Gerencia de Servicios Sociales. Los centros de desarrollo rural participantes, asociados a COCEDER, son CDR Almanzor, CDR Carrión de los Condes, CDR Carrión y Ucieza, CDR El Sequillo, CDR Valdecea, CDR El Villar y CDR Alzheimer Bierzo.

En los pequeños municipios del medio rural todavía perduran los roles sexistas tradicionales, por lo que con este proyecto se ha pretendido afrontar las desigualdades a través de la prevención y la sensibilización, aprovechando las nuevas tecnologías. Siendo conscientes de las dificultades de algunos colectivos con el manejo de ellas y también las carencias de red que existen en el medio rural, se dio la posibilidad de participar en los mismos retos de manera presencial en los centros de desarrollo rural, a través de grupos, con lo que se favorecía el debate y el aprendizaje. Para la ejecución de estas actividades presenciales se contó con la colaboración de ayuntamientos, juntas vecinales y asociaciones para la utilización de locales y espacios necesarios. Cabe destacar el trabajo colaborativo intergeneracional que se consiguió con los retos 1 y 2 con motivo del 25 de noviembre, ya que se unieron los distintos pueblos realizando la misma actividad, con los lazos violetas y las pancartas en todas las concentraciones y la lectura del manifiesto en apoyo del día internacional de la eliminación de la violencia contra las mujeres.

El desafío 2.0 consta de una parte teórica en la que se explican contenidos de la temática y una parte práctica que es el juego en sí mismo. Cada reto tiene una temática diferente, pero todos bajo el mismo contexto: lazos violetas en el día de la violencia de género, os hacemos presentes, nos queremos vivas, el iceberg de la violencia de género, el árbol para el respeto, mujeres en cifras y si lo ves, ¡actúa!