El viernes, día 18 de enero, a las 20.00 horas, en la Casa de las Culturas, se presenta el libro “De siervos a esclavos”, del autor Alejandro Martínez Rodríguez. Acompañarán al autor Joaquín Prieto, Coordinador de Izquierda Unida, Xema Estévez Laorga; director de la editorial Mountainsoft , y Laura Álvarez Alonso, concejala de Cultura, Turismo, Fiestas y Juventud.

La obra adentra al lector en un siglo de historia en torno al carbón, la mina y los mineros que transformaron la sociedad y la cultura de una de las comarcas de tradición minera más arraigadas de España. La cuenca antracitera más importante del país, la de Fabero del Bierzo.

Industrialización capitalista, minería del carbón y movimiento obrero van de la mano. El desmesurado crecimiento económico en tan poco tiempo, desde la I Guerra Mundial a los años de la autarquía, llevó a bautizar a Ponferrada como la “Ciudad del Dólar”. Producción carbonífera y eléctrica corren parejos, la creación de ENDESA no se podrá disociar del negro combustible, son dos caras de una misma moneda.

Los movimientos obreros en el Bierzo y las vicisitudes políticas tan agitadas tendrán su punto álgido con la proclamación del “comunismo libertario” en 1933, que se adelanta a la revolución de octubre de 1934. El sindicalismo, en torno al SUM de Fabero, nucleaba la vida de los trabajadores en la única cuenca anarcosindicalista de España.

Con el golpe de Estado fallido de 1936, esta será una de las zonas que se mantengan dentro de la legalidad de la II República, ya que cuenta con fuertes organizaciones sindicales, obreras y políticas contrarias a los sublevados.

Con la implantación del nuevo régimen llegará una fuerte represión y venganza con claros tintes de clase. También, una resistencia que llevará a la creación de las primeras organizaciones guerrilleras del país.

El esperado desenlace favorable de la II Guerra Mundial, no traerá la tan ansiada libertad a España que quedará sumida en 40 años de dictadura que convertirán al carbón en el mineral para la reconstrucción del país y el impulso industrializador. Convirtiendo en esclavos del fascismo a sus trabajadores. Para otros, las ejecuciones, la guerrilla, la clandestinidad y el exilio serán sus únicas salidas.