Los trabajos de dos alumnas del IES Beatriz Ossorio de Fabero han sido premiados por el Consejo Comarcal de El Bierzo por su interés en el emprendimiento en el medio rural

El pasado mes de junio se entregaron los premios del programa Bitácora Bérizum del Consejo Comarcal de El Bierzo para el fomento del emprendimiento y el desarrollo sostenible en el medio rural.

Dos jóvenes de 4º de la ESO, del IES Beatriz Ossorio de Fabero, ganaron el premio dirigido al alumnado de Secundaria. Una de ellas es Julia Verdejo Martínez, que centró el trabajo en su abuela, Trinidad Maceda López, quien a principios de los año 80 del siglo pasado, decidió montar un establecimiento de hostelería, el Mesón El Conde de Anllares.

Trinidad empezó desde cero porque su marido trabajaba en la mina y tuvo que pedir un préstamo para acometer las obras en la casa que convirtió en un mesón, que ofrecía también el servicio de hospedaje y que llegó a servir 100 comidas diarias.

Esta mujer emprendedora vio construir y caer la central térmica de Anllares, la protestas y las huelgas mineras, con las que, en muchos casos, tuvo que lidiar para poder seguir trabajando. Esos recuerdos y experiencias se los ha transmitido ahora a su nieta que las ha recopilado para darlas a conocer como ejemplo para las nuevas generaciones.

Andrea Guerrero Guerra, ganadora también del concurso, hizo su redacción sobre el empresario ligado al sector del comercio Pedro Abella, quien al volver a Fabero tras cumplir el servicio militar en 1987, decidió trabajar en el negocio familiar creado por su padre en el año 1956, ampliándolo y abriendo un nuevo establecimiento en Vega de Espinareda, donde ahora no solo da servicio a esta población sino también a otras de los valles de la Reserva de la Biosfera de los Ancares.

Además de gestionar su negocio, actualmente Pedro está implicado en la promoción del deporte y en la ayuda social. Como emprendedor que es, reconoce que la situación en el medio rural no es fácil y anima a los propios bercianos a que tomen la iniciativa para luchar contra la despoblación.

El programa Bérizum cuenta con una financiación de 285.000€ del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Además de este concurso, contempla otras actuaciones como talleres de emprendimiento y charlas sobre los 17 objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030, establecidos en el 2015 por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Los reconocidos defensores del medio ambiente alertan de que el paisaje berciano se ha convertido en un oscuro objeto de deseo económico y hacen un llamamiento para su recuperación y puesta en valor porque forma parte de la herencia natural y cultural recibida

Con motivo de la celebración del Día Mundial del Medio Ambiente, la UNED de Ponferrada ha acogido una jornada para hablar del patrimonio natural del Bierzo que ha contado con dos reconocidos defensores del mismo, el geógrafo, Valentín Cabero, y el naturalista, Joaquín Araujo.

Cabero ha recodado que el paisaje forma parte de la herencia milenaria, paisajística y cultural que han recibido los bercianos de sus antepasados que, necesariamente, debe ser transmitida a las generaciones futuras porque el Bierzo tiene una especial singularidad.

Además, añade que es responsabilidad de todos preservar ese patrimonio porque sino se corre el peligro de que sea atropellado por parte de las multinacionales energéticas y el capital financiero.

Joaquín Araujo coincide con Cabero en que el Bierzo recibe agresiones y desprecios en su medio natural y que hay que ponerlo en valor para recuperar la memoria de pertenencia al mismo.

Para el prestigioso naturalista los peligros que acechan al Bierzo vienen, paradójicamente, de las instalaciones eólicas y fotovoltaicas. Lo que no debería suceder ya que se trata de energías limpias que han sido siempre apoyadas por los defensores del medio ambiente.

En la jornada, ambos expertos han estado acompañados por Emilio de la Calzada y Valentín Carrera que han participado en el coloquio introduciendo los temas que se han desarrollado a lo largo del mismo.

Villafranca del Bierzo ha celebrado la Fiesta de los Maios, un evento ancestral, declarado de Interés Turístico Provincial y organizado por la Escola de Gaitas con la colaboración del Ayuntamiento, con el que se da la bienvenida a la primavera y en el que niños, jóvenes y adultos convertidos en árboles danzantes recorren las calles de la Villa cantando y pidiendo a los vecinos sus castañas y donativos.

El maio humano de Villafranca del Bierzo es de los pocos que quedan de esta tradición que era muy típica también en Galicia, como explica la representante de la Escola de Gaitas de Villafranca del Bierzo, Marisa Cela. Empieza con la corta de las cañabeiras con las que se visten los maios a primera hora de la mañana en cuatro puntos de la Villa: La Cábila, Las Vegas, el Castillo y la Calle del Agua. Desde allí los participantes realizan un recorrido por las calles cantando una melodía que tiene su origen en los siglos XIII y XIV y que está asociada al Camino de Santiago.

En su recorrido, los maios realizan paradas bajo los balcones de las casas cantando y pidiendo los donativos que, originalmente, eran las castañas de invierno, un producto que se come durante todo el año y que simboliza también las semillas que se guarda para el renacer de las plantaciones de los productos de la tierra. «No nos podemos comer todas las simientes porque sino no tendríamos más. Luego si nos dan, pues agradecemos, claro, ahora en estos tiempos dan en forma de castañas, que también hay quien las guarda. Actualmente se tiran también caramelos, monedas, en fin, un poco de todo «, recuerda Cela. Al que da se le agradece en la canción llamándolo caballero o doncella y, al que no, la copla se le señala como «roñoso o roñosa».

Tras recorrer las calles de Villafranca, llenando de color, alegría y música sus calles, los maios se reúnen en la Plaza Mayor para después compartir una comida con todos los participantes y músicos de la Escola de Gaitas.