Tras la interpretación del Brindis de Marina a las puertas del Teatro Bergidum de Ponferrada, la compañía Clásicos de la Lírica puso en escena ésta obra que es uno de las más representativas y conocidas de la zarzuela española.
“Marina” es una obra lírica española compuesta por el navarro Emilio Arrieta, uno de los autores que afianzó la zarzuela como género a lo largo del siglo XIX. En principio, fue una zarzuela en dos actos, con libreto de Francisco Camprodón, estrenada en el Teatro del Circo de Madrid en septiembre de 1855.
A instancias del tenor Enrico Tamberlick, Arrieta la transformó en ópera en tres actos, siguiendo muy estrechamente el modelo donizettiano. El libreto de Camprodón fue retomado por Miguel Ramos Carrión, añadiéndole tres dúos y un rondó final. Esta versión se estrenó en el Teatro Real en marzo de 1871.
La pieza traslada su argumento a un lugar indeterminado de la costa mediterránea, a una pequeña aldea marinera. Marina es el nombre de la muchacha que protagoniza la obra. El argumento es un ingenuo idilio amoroso sin grandes complicaciones. No hay en él pasiones sangrientas ni desbordadas. El amor limpio, amor de mar azul y nuestro, se pasea por el escenario como voz que resuena en las caracolas de la playa. Los protagonistas, Marina y Jorge, se criaron juntos; como hermanos. Jorge ya es un flamante capitán de barco, y Marina, una mujer. Ambos se aman y ambos callan su amor.
El papel principal es interpretado por Margarita Marán, que ha dado vida a la Rosina de “Il Barbiere di Siviglia”, la Musetta de “La Bohème” y a la Gilda de “Rigoletto” en recientes producciones españolas e italianas. A lo largo de su carrera ha realizado más de 200 representaciones de ópera y zarzuela en los escenarios más destacados a nivel nacional e internacional.
La acompañan Ricardo Rubio, Miguel Ferrer, Arturo Pastor, Antonio Torres, Francisco Santiago, David Cervera, Andrés Mundo y Turandot Pastrano. La dirección musical de la Orquesta y Coro titulares de la Compañía es de Enrique García Requena y la dirección de escena de Luis Roquero.
