Educación

Con 200 ejemplares el Alto Sil es uno de los últimos reductos del urogallo cantábrico

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De los 300 ejemplares de urogallo que se pueden encontrar en el cordillera Cantábrica occidental, alrededor de 200 se encuentran en el Alto Sil. Esta especie está protegida y en peligro de extinción y ya ha desaparecido de la parte oriental.

Flor Álvarez Taboada y Alfredo Saldaño en la exposición sobre el urogallo cantábrico en el Campus. Foto: Raúl C.

En los años 70 y 80 se podían contar más de 1.000 ejemplares, ha asegurado Luis Robles, coordinador del proyecto Life + Urogallo Cantábrico y ponente de la charla organizada por la Escuela de Ingeniería Agraria (ESTIA) con motivo del 20º aniversario de la Escuela en el Campus de Ponferrada. Se trata de una actividad desarrollada con el objetivo de dar a conocer la importancia de su protección, ha comentado en la presentación la subdirectora del ESTIA, Flor Álvarez Taboada. Se acompaña con una exposición en el Campus con paneles que ya ha sido visitada en otras ciudades por 12.000 personas. En Ponferrada se han organizado durante todo el mes visitas guiadas para centros escolares.

Los motivos por los que el urogallo ha sufrido una merma tan importante no están del todo claros. Según Robles hay varias causas posibles, una es la disminución de los alimentos favoritos del urogallo, como los arándanos, tanto en tamaño como en cantidad. En los arándanos viven además unos insectos que son fundamentales para el aporte proteico de sus crías. Otras causas están relacionadas con los vallados eléctricos instalados para el ganado, ferramientos contra los que chocan y mueren.

Para evitar la desaparición total del urogallo en el año 2010 se puso en marcha el proyecto Life + Urogallo Cantábrico que cuenta con un presupuesto de 5,9 millones de euros, financiados en un 50% por la Unión Europea, y en otro 50% por administraciones públicas de diferentes comunidades como Cantabria, Castilla y León, Asturias, el MAGRAMA, la Fundación Biodiversidad, Seo Bird Life, y la Fundación Iberdrola.

Flor Álvarez Taboada y Luis Robles. Foto: Raúl C.

En estos momentos hay 23 ejemplares criados en cautividad en Asturias que serán puestos en libertad una vez se den las condiciones para ello, con el objetivo de repoblar las zonas de la cordillera donde ha desaparecido. Están previstos dos criaderos más en Cantabria y León.

Hace dos años se soltaron tres hembras criadas en cautividad que llegaron a vivir entre dos y cuatro meses, lo que probó que lograron alimentarse por si solas y que fueron posteriormente presa de alguno de sus predadores naturales como el zorro, la marta o los azores. Se considera que si de todos los ejemplares que se suelten sobreviven un 10% será un éxito.

El proyecto Life, que finaliza en diciembre de 2016, contempla otras actuaciones como la mejora del hábitat del urogallo por lo que se ha actuado en más de 50 kilómetros de ferramientos para evitar su muerte y se han elaborado manuales técnicos para, por ejemplo, la conservación de los árboles que más gustan a esta especie, los retorcidos.

Por último, desde el año 2010 se ha realizado una intensa campaña de divulgación para dar a conocer al urogallo y concienciar a las personas sobre la importancia de la supervivencia de esta especie que sólo se da en la cordillera Cantábrica.

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