Confederación no modificará el proyecto de protección de las márgenes del Sil desde el barrio de Flores hasta Toral de Merayo, “No vamos a entrar en la discusión técnica de por dónde hay que ejecutarlo” ha manifestado el presidente, Francisco Marín. Según los modelos matemáticos elaborados por los técnicos de Confederación, el río Boeza podría inundar parte de este barrio ponferradino.
Marín apunta a posibles intereses urbanísticos de los propietarios como posible causa de la negativa de estos al proyecto. Es más, el presidente de Confederación afirma no entender el rechazo ya que la mota que se levantará permitirá el acceso a las propiedades y por tanto será posible su explotación.
La protección se realizará en el límite de la zona rústica con la urbana siguiendo las recomendaciones europeas, la legislación sobre dominio público hidraúlico y la estrategia nacional de ríos. Marín ha recordado que los ríos no se pueden encajonar y que es necesario dejarles libres las llanuras de inundación para evacuar las aguas.
Confederación Hidrográfica del Miño-Sil ya ha contestado las alegaciones al proyecto pero, antes de poder sacar a licitación las obras, es necesario firmar el convenio entre todas las administraciones implicadas, la Junta de Castilla y León todavía tiene que dar el “ok” a lo que será su aportación económica. En un plazo de 3 o 4 meses se tiene que dejar resuelto este último aspecto.
Este proyecto que cuenta con la financiación de fondos europeos tiene un límite para ser ejecutado, de no realizarse antes de 2015 se perderán las ayudas y se tendrá que esperar a un nuevo plan, algo muy parecido a lo que ha pasado ya con la renovación del regadío del Canal Bajo del Bierzo.
