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El Museo Alto Bierzo rinde homenaje al “último alfarero de la villa, José Castro González”

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Con motivo de la celebración de la Feria de Alfarería en las próximas Fiestas del Cristo, el Museo Alto Bierzo de Bembibre quiere tratar el tema de este trabajo tradicional y rendir homenaje a José Castro González, “el último alfarero de la villa”. El acto será en el Museo Alto Bierzo, el miércoles 9 de septiembre a las 20:30 horas, la entrada es libre.

La documentación alusiva a la Edad Moderna y Contemporánea nos ofrece testimonios de interés sobre varios de esos artesanos asentados en la “Villa del Boeza”, principalmente en “el barrio de la Villavieja y en el de La Fuente”. Al igual que menciones a la tipología de las piezas elaboradas con el “barro de Bembibre”, procedente del paraje de “la tejera del pin pin, en La Dehesa”, como: “barrilas, barreños, barreñones, botijos, cántaros del agua o del mosto, cantarillas, cazuelas, cuencos, jarras, ollas, pucheros, tarteras, vasos…”.

Por el Catastro del Marqués de la Ensenada elaborado en Bembibre, en 1753, sabemos que este oficio era practicado por trece personas. En el siglo XIX su número fue descendiendo, de ahí que en 1835 el censo de alfareros se sitúe en cinco. Algún tiempo después, Pascual Madoz, al publicar entre 1846 y 1850 su célebre Diccionario Geográfico, Estadístico e Histórico de España y sus posesiones de Ultramar, reseña que en Bembibre tan solo hay “tres fábricas de alfarería”. Obradores pertenecientes a dos corrientes de alfareros, una foránea, la de los Vivas, procedente de Jiménez de Jamuz, que llega a Bembibre con Diego Vivas y se perpetúa con sus descendientes Cayetano y Tomás; y otras dos locales, adscritas a las familias González y Castro; representadas por Diego González y sus herederos, Juan Antonio y Domingo; y por Antonio Castro y sus descendientes, Nicolás y José.

José Castro González (1866-1942), más conocido por “Pepón el cacharrero” o “Pepón el abuelo”, que se inició en este oficio artesanal de la mano de su padre Nicolás y que al alcanzar los 17 años amasaba el barro con tal destreza “que lo convertía en hermosos objetos de cacharrería”, es “el último alfarero de la Villa”, “el último alfarero de Bembibre”. Cuya biografía y memoria nos legó para la posteridad, Maximino Pascual, al publicar en 1932 la obra: Como se forjó un ideal. Historia viviente del luchador infatigable José Castro González.

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