A mediados del siglo pasado la alta demanda de mano de obra en las explotaciones mineras del Bierzo hizo que se construyeran poblados industriales en diferentes localidades como Fabero. Allí el de Diego Pérez llegó a tener 250 viviendas y el de La Jarrina otras 26. Hubo un tercero, con 24 pabellones, en el que los presos políticos del régimen franquista conmutaban su pena trabajando en la mina en jornadas de más de 12 horas.
El tema fue tratado el pasado domingo en el Museo de la Energía en una charla sobre ‘Poblados Industriales en las comarcas del Bierzo y Laciana’ en la que estuvo presente con su testimonio, Juan Alegría, de la Asociación de Mineros Cuenca de Fabero.
Los poblados hicieron que Fabero creciera y creara su propia identidad multicultural.
