Durante los años 40 del siglo pasado, la Peña del Seo y su entorno tuvieron un protagonismo inusitado en el que se mezclaron historia, leyenda y realidad. Una realidad que estuvo marcada por los españoles y hermanos Juan José y Fausto Elhúyar que fueron los primeros en aislar el wolframio, un mineral abundante en la Peña que fue muy codiciado durante la II Guerra Mundial por sus aplicaciones militares para endurecer el armamento bélico.
La guerra comercial entre Alemania e Inglaterra por el wólfram dio lugar a un sin fin de leyendas sobre espionaje.
En la península ibérica se encuentra el 95% del wólfram europeo, en la Peña del Seo la explotación anárquica del mineral durante los años 40 dio lugar a un sin fin de episodios de desórdenes públicos, tiroteos y robos para venderse, en muchos casos, en el mercado negro, hasta que el fin de la Guerra Mundial hizo que decayera la demanda. En los años 50 se explotó a través de la empresa Montañas del Sur, con la perforación de 8 galerías y la construcción de un poblado y dos lavaderos.
En Valborrás de Casaio (Valdeorras) se explotó el wólfram, su vinculación con los nazis dio lugar también a un sin fin de historias, leyendas que muchos niegan.
Leyenda o realidad, la puesta en valor del patrimonio industrial del wólfram puede ser un recurso turístico, que explotado de forma sostenible aporte economía a las comarcas mineras y por ello son parte de las jornadas que se han organizado por el Instituto de Estudios Bercianos, la UNED y la Universidad de León. Con las mismas se busca crear un modelo de desarrollo territorial que coexista con el potencial agroalimentario del Bierzo y Valdeorras.
