Cultura

Las obras en el Castillo Viejo permiten documentar más de un centenar de proyectiles de cañón y catapulta

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Proyectiles encontrados en el los trabajos arqueológicos en el Castillo Viejo de Ponferrada

Las obras en el Castillo Viejo de Ponferrada evolucionan positivamente con la consolidación de los muros norte y este de la fortaleza y las excavaciones en el subsuelo y en las estructuras del Castillo que han permitido descubrir algunos elementos de interés arqueológico. El equipo que está realizando el proyecto, otorgado por el Ministerio de Fomento en diciembre de 2018 a través del 1,5% Cultural, ha realizado un primer balance de las actuaciones:

Estado de las obras de rehabilitación

Los trabajos realizados hasta el momento suponen la parte más difícil y delicada de la obra. Aparte de la excavación arqueológica y su minuciosidad, el resto de los trabajos se han centrado en la reparación de los muros Norte y Este de la fortaleza vieja donde se han ejecutado apeos, inyecciones, recalces y cosidos dado su muy frágil estado. Esta fragilidad de las estructuras y su delicada intervención ya estaba prevista en proyecto y era previsible según la experiencia de obras anteriores pero requiere de técnicas muy complejas que están dilatando mucho la ejecución de esta fase fundamental del proyecto y se prevé que puedan aún continuar hasta finales de febrero. Una vez que los muros de piedra estén consolidados y rematados, las estructuras de madera que ya están siendo fabricadas en taller se empezarán a montar en el edificio.

Obras de rehabilitación en el Castillo Viejo de Ponferrada

Intervención arqueológica

La intervención arqueológica consiste en la excavación y supervisión con metodología arqueológica de las áreas en las que incide la obra de restauración, tanto en el subsuelo como en las murallas y demás estructuras del Castillo Viejo. El proyecto de intervención incluía la recuperación de la estancia cubierta que se ubicaba en la zona norte, entre el Cubo Viejo, o del Duque de Arjona (erigido en el siglo XIV), y la torre del Homenaje Nuevo, identificada por la documentación de la época y por el análisis de las improntas dejadas en los muros. En la excavación de esta zona se ha hallado el muro que delimitaba la estancia y el derrumbe de la planta superior, espacio cubierto con tejas cerámicas que comunicaba ambas torres.

En esta amplia estancia se han documentado más de un centenar de bolaños de bombarda (proyectiles de un antecedente del cañón) y varios de proyectiles de catapulta, realizados en granito. Esta munición puede ponerse en relación con la guerra entre Rodrigo Osorio, IIº Conde de Lemos, y los Reyes Católicos, a finales del siglo XV, cuando el primero se niega a entregar la fortaleza tras haberla usurpado; tras el conflicto se debieron almacenar en esta estancia, hasta que su posterior abandono hizo que quedasen selladas por el derrumbe de la estructura superior.

Según los indicios que se han hallado, esta estructura, así como la mayoría de dependencias del Castillo Viejo, se abandonaron poco después, en la primera mitad del siglo XVI, momento en que se produjo el derrumbe mencionado. En siglos posteriores únicamente se mantuvieron las estructuras defensivas perimetrales (rondas y torres), aunque ya sin utilidad, siendo el palacio (fuera del Castillo Viejo, reconstruido en la década pasada) la única estancia que se mantuvo en uso, hasta el siglo XIX.

En el patio de armas la intervención ha incidido en el lateral este, en el que se está construyendo una rampa para favorecer la accesibilidad a la fortaleza, documentando alguna estructura auxiliar (también del siglo XV), así como materiales y otros restos de esa centuria y posteriores. También se ha documentado un enterramiento múltiple que requiere un estudio multidisciplinar más profundo, el cual se está llevando a cabo. En la zona final de esta rampa, junto a la puerta este, es donde más profundidad temporal se ha alcanzado, documentando restos de dos estructuras de habitación circulares fosilizadas por la muralla; la cronología de estas estructuras está aún por determinar, al hallarse aún en proceso de excavación, pudiendo ser medievales (de los siglos XII-XIII), o de la primera Edad del Hierro (siglos VIII-VI antes de Cristo), pues la tipología es muy similar en ambos casos, y de los dos se han documentado evidencias en intervenciones previas en otras áreas del castillo.

El resto de la intervención arqueológica está llevando a cabo la supervisión de la reconstrucción y restauración de las murallas, mediante el análisis de sus paramentos para definir la secuencia constructiva de la fortaleza, así como las restauraciones que se realizaron en la primera mitad del siglo XX, de las que apenas existe información.

Inversión

La inversión total del proyecto es de 1.902.853,05 euros, correspondiendo al Ministerio de Fomento la aportación de: 1.321.937,86 euros y al Ayuntamiento de Ponferrada: 580.915,19 euros.

Empresa adjudicataria: UTE Orega SL-Coviastec. Director de Obra: Dr. Arquitecto Fernando Cobos Guerra. Dirección arqueológica: Rodrigo Garnelo Merayo. Comisión de Seguimiento Permanente del Ayuntamiento de Ponferrada.

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