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Clase magistral del enólogo Raúl Pérez sobre el patrimonio vitivinícola del Bierzo

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El pasado viernes, el reconocido enólogo de Valtuille, Raúl Pérez, ofreció en el Teatro Villafranquino Enrique Gil y Carrasco una clase magistral sobre el patrimonio vitivinícola del Bierzo. La charla estaba enmarcada dentro de las jornadas sobre Patrimonio Cultural Inmaterial en el Bierzo, organizadas por el Instituto de Estudios Bercianos con la colaboración del Ayuntamiento de Villafranca.

Raúl Pérez expuso su visión del patrimonio basándose en su experiencia vivida en Valtuille. Destacó varios puntos interesantes, entre ellos, que para que la herencia cultural pueda perdurar en el tiempo es imprescindible fijar la población de los pueblos a través de la creación de oportunidades. Para Pérez su pueblo es un ejemplo de superación, cuando él empezó su proyecto vitivinícola solo había dos empresas en esta localidad berciana de apenas 70 habitantes, ahora son 17 que mueven más de 8 millones de euros al año envasando cerca de 1,5 millones de botellas.

Pérez recordó el rico patrimonio de la comarca, material e inmaterial, que ha llegado hasta nuestros días gracias a que se ha transmitido de generación en generación. Un patrimonio que es la base del éxito de los vinos bercianos producidos con unas variedades y cepas centenarias únicas, «El Bierzo tiene la extensión más grande del mundo de viñedo centenario, entre 3.000 y 3.500 hectáreas», destacó el enólogo.

La ventaja del Bierzo está en que tiene un vino con historia, con un potencial enorme si se vincula al Camino de Santiago y al paisaje «si la gente bebe etiquetas cómo no va a beber paisaje», dijo Pérez. El problema del Bierzo reside en la gestión del patrimonio, en la falta de una industria de transformación no solo asociada al vino sino también a los productos de la tierra. Una deficiencia que limita el crecimiento de los pueblos y que provoca que muchos jóvenes abandonen las tierras de sus antepasados ante la falta de oportunidades, apuntó el enólogo.

Sobre el sector, destacó que hoy en día el campo no es tan esclavo como lo era antes, que con una pequeña inversión cualquier emprendedor puede producir 5.000 botellas al año sin problemas. «El concepto de la enología ha cambiado y la profesión está dignificada», subrayó Pérez, quien finalizó señalando que el Bierzo necesita una clasificación profunda de los suelos agrícolas que diferencie los que son mejor para frutales de los que son aptos para viñedos.

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